EL
TURPIAL DE MI ABUELA
Sacar
del hábitat a un animal es despojarlo de su misión en la naturaleza. Este es el
papel que juegan en su hábitat. Juan Milla. Biólogo de conservación.
Mi
abuela Rafaela abre la puerta de la jaula, agarra el pajarito y lo coloca en su regazo, lo acaricia
delicadamente, mientras le limpia las paticas. Es un hermoso pájaro con cabeza
negra y cuerpo amarillo con el pecho negro.
Rafaela
prepara una mezcla de leche y pan, lo alimenta con cuidado. Espera que pronto
pueda comer por si solo. El pajarito intenta volar, agita sus alas posado en la
mano de la dulce joven, lo devuelve a la
jaula. Luego de la diaria rutina, Rafaela inicia sus labores del día.
Desde
su escritorio observa de rato en rato, al inquieto pájaro que salta de un lado
a otro. Rafaela realiza un dibujo en tinta china, luego finaliza el bordado
de una blusa que debe entregar. Saca de
la jaula a Pintor, lo coloca sobre el paral dispuesto para el.
Llaman
a la puerta, -Un momento…
-
Buenas tardes! . Hola,
Rafaelita!
-
Buenas Eutimio. creí que había
llegado la clienta que viene por la blusa
-
Siéntate.
-
Gracias
-
¿Deseas un cafecito?
-
Si, por favor.
Rafaela
se va a la cocina a buscar el cafecito, cuando viene con el café se escucha un
revoloteo, y ve a Eutimio agitando las manos sobre su cabeza.
Rafaela
corre a tratar de agarrar al Pintor, este se posa sobre su hombro escondiéndose
entre sus rubios cabellos . Ella lo acaricia, lo calma y lo vuelve a colocar en
la jaula.
Pasaban
los días, Pintor, revoloteaba cerca de Rafaela, hasta que pudo volar alto.
Pronto, volaba más alto y lejos, pero siempre regresaba y se posaba en el
hombro de mi abuela.
En
las noches, lo coloca en una jaula y a la mañana siguiente abre la puerta, le
da de comer en su mano y luego el pájaro vuela hasta el patio y al rato
regresa, vuela por toda la casa buscando a Rafaela. Al encontrarla se queda
tranquilo y se mete en la jaula, que de día permanece abierta.
Rafaela
entrega la blusa a la clienta,
-
Gracias Rafaelita, el bordado
quedo muy hermoso. Me gusta.
-
Me alegra que te guste, te
aviso cuando la falda esté lista.
-
Espero tu llamada.
-
¡Ay!, ay! ¡Fuera! ¡Fuera!
-
¡Pintor! ¡Pintor!, ¡tranquilo!!
es una clienta!
-
¡Lo siento Gloria! ¿te hizo
daño?
La
rutina mañanera se realiza como de costumbre, limpieza, alimentación y
ejercitación. Pintor vuela para realizar sus ejercicios.
Rafaela pica un trozo de lechosa, para darle
al Pintor.
-
¡Pintor! ¡Pintor!, te traje lechosa.
-
¡Pintor!, ¿Dónde estará ese
pájaro?
Cae
la noche, se percibe tristeza. El pedazo de lechosa aún está dentro de la
jaula.