PAULA LA
TORTUGUITA
Paula
es una tortuguita muy amigable, se convirtió en adulta cuando cumplió nueve
años, ahorita ya tiene quince. Vive en un hermoso bosque tropical, donde puede
conseguir las verduras y frutas que son su alimento favorito, también le gustan
las larvas, los caracoles y los insectos pequeños.
Pasa
los días yendo lentamente de un lado a otro del bosque, sin alejarse de la
madriguera donde duerme por las noches. Al despertarse por la mañana, lo
primero que hace es buscar un lugar abierto donde pueda recibir los rayos del
sol para sentirse calientita.
Una
mañana Paula se encontraba tomando baños de sol, cuando vio unas maripositas
que antes no había visto en el bosque. Las mariposas se le acercaron y
empezaron a revolotear a su alrededor. Paula las saludó porque quería ser amiga
de ellas.
-Nosotras somos
nuevas en este bosque- dijo una de las mariposas. En realidad, estamos recién
nacidas.
-Que interesante- respondió
Paula, en cambio yo tengo quince años y espero poder llegar a tener cincuenta.
-Wow!-
Respondieron a coro las maripositas.- Eso sí que es una larga vida-.
-Mi mama pronto
cumplirá un mes, ya está muy anciana. Ese es el tiempo de vida de nosotras las
mariposas tropicales.
-Bueno, respondió
Paula, no nos preocupemos por el tiempo de vida, mejor juguemos.
Las
maripositas estuvieron de acuerdo con Paula, la tortuguita. Se pusieron a
jugar, las maripositas volaban alrededor de las flores, mientras Paula buscaba
pequeños insectos para comer.
Así
pasaban los días, Paula tenía la compañía de las mariposas, quienes, cuando le
tuvieron más confianza, le pidieron que les permitiera beber algunas de sus
lágrimas para obtener un poco de sodio,
muy necesario para la salud de ellas. La tortuga les permitió que bebieran de
sus lágrimas porque ella tiene suficiente sodio en su cuerpo.
Las
mariposas le agradecieron la ayuda, que en forma desinteresada les da cada día.
Siguen y seguirán siendo amigas hasta el final de sus días.
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