El Saltaba y brincaba de un lado a otro, pero de pronto se golpeo una patica e inmediatamente comenzo a cojear. El cuidador al
percatarse de lo ocurrido, corrió a buscar al cabrito y lo metió en una parte del corral, donde no
podía estar cerca de los niños y menos podían acariciarlo. Chocolate, se puso
muy triste y se pegaba como podía, a la cerca de madera que lo separaba de los
niños visitantes. Chocolate manifestaba su tristeza balando.
El aislamiento de
Chocolate, el cabrito del zoológico de contacto, duró solo una semana, tiempo
suficiente para que su patica se recuperara, pero a Chocolate le pareció una
eternidad
Chocolate
permaneció en el parque hasta que creció y tuvo su mayoría de edad, cuando lo llevaron de vuelta a la granja donde
nació, pero Chocolate nunca olvidó los felices días que permaneció en el
zoológico de contacto.
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