TACONES MAGENTA
Mis favoritos, los tacones magenta, porque han sido mi amuleto. Recuerdo
el día en que finalmente los compré.
Los había visto muchísimas veces, cada vez que iba y venía del colegio me detenía
frente a la vidriera de la tienda donde los exhibían. Parecía que me hablaban y
me dijeran –“queremos irnos contigo”,! Llévanos! Pero mi presupuesto en esa
época no me permitía adquirirlos.
Mentalmente, les
respondía –Ustedes me gustan mucho, pero entiendan que en este momento no puedo
darme ese lujo. Esto se repetía casi a diario, con excepción de ciertos días en
que no podía detenerme, porque iba con poco tiempo para llegar puntualmente a
clase.
Los meses
transcurrieron y finalmente llego el día del último examen. Estaba finalizando
mis estudios en la escuela de belleza, después de un largo año escolar. Como me
encantaría poder estrenarme esos zapatos de tacones color magenta, el día de mi
graduación. Soñar no cuesta nada, decía mi abuela, q.e.p.d.
Conversando con mi
amiga y compañera de estudios Yeni, surgió la idea de como poder adquirir esos
tacones magenta. Ella me dijo:-Nancy, ya somos unas profesionales de la
belleza. Solo nos falta la graduación. Busquemos unas clientas, a quienes
podamos ofrecer nuestros servicios de peluquería, cosmetología y manicure. –
Caramba, tienes razón, le respondí. Aún sigo pensando como estudiante. Yeni me
responde- Lo que tenemos pendiente por pagar son los aranceles de grado. Hagámoslo!
Busquemos unas clientas.
Salimos de la
escuela de belleza, a conseguir nuestros objetivos. Al pasar por la boutique
donde se exhibían los tacones magenta, decidimos entrar y nos quedamos largo
rato contemplándolos. Mejor dicho era yo quien los miraba embelesada; Yeni, por
su lado miraba algunos accesorios.
La vendedora de la
boutique nos conocía de tanto vernos pegadas a la vidriera de exhibición y nos preguntó
cuál era el objeto de nuestra admiración, puesto que en la vidriera se exhibían
otros artículos. Le respondí que los zapatos magenta. De manera muy entusiasta
me mostro los tacones y pude observarlos con detalle. Le comente sobre mis
deseos de adquirirlos y la imposibilidad de hacerlo en ese momento. Seguimos platicando y al enterarse que éramos
profesionales de la belleza, nos sugirió hacer unas tarjeticas de presentación,
las cuales podría distribuir entre las
clientas.
Como una estrella
fugaz, paso por mi mente la idea de ofrecerle nuestros servicios a ella, quien
posteriormente exhibiría un cambio de look que podría ser desde un buen
corte o la aplicación de luz y color en
su cabello. La idea le gusto, entre Yeni y yo la atenderíamos. Nos pusimos de
acuerdo con respecto al lugar y el día que la atenderíamos.
Llegado el día del
acuerdo, atendimos a Sunny la chica de la boutique, quien quedó
espectacularmente diferente con el nuevo look y tan agradecida que ese mismo día
comenzó a hacernos una publicidad, con las clientas.
Pocas semanas
después, Yeni y yo, con la ayuda de la dueña de la boutique, conseguimos un
espacio para alquilar e iniciar nuestra actividad como profesionales de la
belleza. Ese fue el inicio de una nueva etapa en nuestras vidas. Transcurrieron
varios meses y llego el dia del acto de graduación.
Toda nuestra
familia y amigos asistieron al acto de entrega del documento que nos acreditaba
como profesionales de la belleza, conjuntamente con la licencia para ejercer.
Por esta última habíamos tenido que esperar todo ese tiempo, pero para mí había
sido beneficioso porque pude reunir el dinero necesario para adquirir un
hermoso vestido que hiciera juego con los tacones magenta que finalmente pude
comprar.
El acto fue un
acontecimiento muy emotivo, con la presencia de familiares y amigos. Ha pasado casi
una década desde esa fecha. He crecido como profesional y sobre todo como
persona. Aún conservo los tacones magenta, cada vez que los veo recuerdo el
dicho popular : cuando se quiere algo se
puede lograr si una sabe organizarse.
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